La Ganaderia futuro de la Chiquitania

La ganadería tiene un gran potencial como futuro de la Chiquitania debido a sus importantes aspectos económicos. En la región, la ganadería es la principal actividad económica y el modo de vida dominante[4]. La ganadería vacuna de carne fue introducida en el Beni por los misioneros jesuitas en el siglo XVII y ha seguido creciendo desde entonces[4]. El sector ganadero recibió un fuerte apoyo estatal entre 1965 y 1985, lo que permitió la mejora de la infraestructura de las estancias ganaderas, la comercialización de ganado en pie y la subvención al transporte aéreo, lo que facilitó la comercialización de carne faenada desde el Beni a ciudades del occidente del país[4].

Además, existen proyectos para construir más mataderos en el Beni y el mercado de exportación se identifica como una posibilidad para incrementar la demanda de carne aún más[4].

La ganadería también puede ayudar a frenar la deforestación que traen la ganadería y la agricultura intensivas. La recolección y venta de la almendra chiquitana, un fruto endémico de la región, puede ser una apuesta de futuro para la conservación del bosque seco tropical de los chiquitanos, el mayor de Sudamérica. Esta actividad puede ser una alternativa sostenible a la ganadería y la agricultura intensivas, que suelen ser las principales causas de deforestación en la región .

En resumen, la ganadería tiene un gran potencial como futuro de la Chiquitania debido a sus importantes aspectos económicos. Sin embargo, es necesario asegurar que la ganadería se desarrolle de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente y las comunidades locales. La recolección y venta de la almendra chiquitana puede ser una alternativa sostenible a la ganadería y la agricultura intensivas, y puede ayudar a frenar la deforestación en la región.

La ganadería en la Chiquitania, una región del departamento de Santa Cruz en Bolivia, tiene como características principales ser la actividad económica predominante y estar basada en un sistema de manejo semi intensivo[1][3]. Esta región se destaca por presentar la mayor extensión de la ecorregión del bosque seco chiquitano, el cual tiene un alto valor de conservación[2].

Sin embargo, la expansión de la ganadería intensiva ha sido una de las principales causas de deforestación en la región, lo que ha llevado a la pérdida de aproximadamente 4.6 millones de hectáreas de bosque en las tierras bajas del país entre 1986 y 2010[2]. La deforestación se ha acelerado en los últimos años, especialmente en la Chiquitania, donde se han perdido 261 471 hectáreas de bosque entre 1986 y 2019[5].

La sequía es otro problema importante en la Chiquitania, ya que afecta la disponibilidad de pastura y agua para el ganado, lo que puede llevar a una pérdida de peso en los animales y a una disminución en la producción de carne[4]. La falta de agua y alimento también puede afectar la salud y el bienestar del ganado, lo que puede tener un impacto negativo en la producción y la calidad de la carne[5].

En resumen, la ganadería en la Chiquitania se caracteriza por ser la actividad económica predominante, estar basada en un sistema de manejo semi intensivo y tener un impacto significativo en el medio ambiente, especialmente en términos de deforestación y sequía.

La ganadería en la provincia de Chiquitos, en Bolivia, se caracteriza por ser extensiva y estar presente en más del 90% de la región, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2015[1]. La región del Chaco, donde se encuentra la provincia de Chiquitos, alberga el 11,57% del ganado bovino de Bolivia, lo que representa 962.538 cabezas[1].

La ganadería en la región se ha incrementado de manera exponencial en los últimos años, ocupando el 38% de la superficie de la región, con una unidad animal ocupando 2 hectáreas, siguiendo la Ley de Reforma Agraria de 1953[1]. La ganadería extensiva es la más común en la región, y los municipios de la llanura chaqueña son los que tienen el mayor número de cabezas de ganado[1]. La provincia de Chiquitos se encuentra en la región del Chaco, por lo que se puede inferir que la ganadería extensiva es una actividad económica importante en la provincia.

En la Chiquitania, la ganadería se ha expandido en los últimos años, especialmente en el sector pecuario, con el bloque ganadero Chiquitano como protagonista. Esta región tiene alrededor del 70% del hato ganadero del departamento de Santa Cruz, con 2,1 millones de bovinos, y se posiciona como una de las principales zonas de producción ganadera en Bolivia[2].

Además, la ganadería en la Chiquitania se caracteriza por ser extensiva y estar presente en más del 90% de la región[1]. La ganadería extensiva es la más común en la región, y los municipios de la llanura chaqueña son los que tienen el mayor número de cabezas de ganado[1].

Sin embargo, la expansión de la frontera agrícola y ganadera en las regiones de Santa Cruz y el Beni, promovida por decretos supremos, ha estado asociada a una serie de incendios forestales que han arrasado con más de 10 millones de hectáreas en Bolivia[1]. La deforestación en Bolivia entre 1985 y 2019, impulsada por la actividad agroindustrial y ganadera, ha alcanzado los 6 922 000 hectáreas, una extensión similar al tamaño de Irlanda[1].

Por lo tanto, aunque la ganadería en la Chiquitania tiene un gran potencial y se ha expandido en los últimos años, es necesario considerar el impacto ambiental de la expansión de la frontera agrícola y ganadera en la región. La implementación de sistemas de integración agrícola ganadera podría ser una alternativa para la recuperación de áreas degradadas y la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero[5].

La agricultura extensiva con fines industriales en la provincia de Chiquitos se concentra principalmente en la ganadería, que es una actividad económica importante en la región. La ganadería extensiva se lleva a cabo en más del 90% de la provincia, y los municipios de la llanura chaqueña son los que tienen el mayor número de cabezas de ganado[1][4].

El bloque ganadero Chiquitano es el protagonista del sector pecuario en la región y se ha expandido en los últimos años, con una proyección de crecimiento entre el 5 y 6% al 2020[1]. La provincia de Chiquitos tiene alrededor del 70% del hato ganadero del departamento de Santa Cruz, lo que representa 2,1 millones de bovinos[1]. La ganadería se ha convertido en una actividad económica importante en la región, y se está invirtiendo en alta genética y calidad para mirar hacia la exportación[1].

Sin embargo, la expansión de la frontera agrícola y ganadera en las regiones de Santa Cruz y el Beni ha estado asociada a una serie de incendios forestales que han arrasado con más de 10 millones de hectáreas en Bolivia[1]. La deforestación en Bolivia entre 1985 y 2019, impulsada por la actividad agroindustrial y ganadera, ha alcanzado los 6 922 000 hectáreas, una extensión similar al tamaño de Irlanda[5]. Por lo tanto, es importante considerar el impacto ambiental de la expansión de la frontera agrícola y ganadera en la región.

En resumen, la agricultura extensiva con fines industriales en la provincia de Chiquitos se concentra principalmente en la ganadería, que es una actividad económica importante en la región. Sin embargo, es necesario considerar el impacto ambiental de la expansión de la frontera agrícola y ganadera en la región.

Publicidad pagada

Para concluir, la agricultura de tipo granos en la provincia de Chiquitos se ve afectada por diversas actividades como la expansión de la frontera agropecuaria, la quema de vegetación, la actividad agrícola intensiva y la deforestación. Estos factores representan amenazas significativas para el Bosque Seco Chiquitano, con impactos en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas de la región. Además, la presencia de actividades industriales, la contaminación y la erosión del suelo contribuyen a la degradación ambiental en la zona. La agricultura de tipo granos en Chiquitos se ve influenciada por la intensificación de la actividad agrícola, la expansión de cultivos como la soya, sorgo y girasol, y la pérdida de áreas naturales a favor de la ganadería y la agricultura extensiva.

El sector agroalimenticio, compuesto por las actividades de la agricultura y la industria de alimentos y bebidas en Bolivia, generó un valor bruto de más de 7.200 millones de dólares en el 2019, de los que 1.200 millones de dólares fueron agroexportaciones[4]. El año 2020, en plena pandemia y cuarentena, estas exportaciones crecieron 13% en valor y 6% en volumen, alcanzando a 1.400 millones de dólares por 2,7 millones de toneladas vendidas[4].

Sí, existe un futuro con la agroindustria y las exportaciones al exterior de Bolivia. La agroindustria tiene un futuro prometedor para la economía de Bolivia, ya que se ha observado un aumento en los ingresos obtenidos en la gestión[1]. Además, el Gobierno de Bolivia ha presentado medidas para estimular la inversión y las exportaciones en el sector agrícola, con el objetivo de revertir una creciente escasez de dólares y abordar la crisis de divisas[2]. Estas medidas incluyen la liberación de las exportaciones de alimentos como la soya, el trigo, el arroz o el azúcar, que eran controladas mediante cupos.

Las exportaciones de Bolivia se concentran en minería e hidrocarburos, y productos derivados de la soya, y se destinan mayormente a regiones vecinas[3]. Sin embargo, hay oportunidades en el sector agroindustrial para diversificar las exportaciones y aumentar el valor agregado.

El sector ganadero boliviano cuenta con un hato de más de 10 millones de cabezas al 2020, habiendo generado exportaciones de carne de res que bordearon los 64 millones de dólares por 15.000 toneladas[4]. Además, hay productos con potencial exportador, como la carne bovina, la piña, la quinua, el café y el cacao[4]. La agroindustria puede ser el sustituto del gas natural en la economía boliviana, y con el uso de semillas mejoradas o biotecnología, se puede mejorar la producción, subir el rendimiento y generar seguridad alimentaria para el país[5].

En resumen, sí existe un futuro prometedor para la agroindustria y las exportaciones al exterior de Bolivia. El Gobierno ha presentado medidas para estimular la inversión y las exportaciones en el sector agrícola, y hay oportunidades para diversificar las exportaciones y aumentar el valor agregado. El sector agroalimenticio y el ganadero tienen un gran potencial, y con el uso de semillas mejoradas o biotecnología, se puede mejorar la producción y generar seguridad alimentaria para el país.

Citations:

error: Copyright 2005 Fands-llc & 2024/03 for trademarks and brands “Webguia”